Para reflexionar… Contagio Positivo

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición” (Génesis 12:2).

“Así como una fruta en mal estado echa a perder a los que están a su lado en el frutero, así una vida llena del amor de Dios hace que el amor brote en los corazones que la rodean”.

¿Hasta qué punto hemos sido una bendición para quienes viven con nosotros? ¿Nos hemos preocupado por testificar de las cosas maravillosas que Dios obra en nuestras vidas, o hemos sido indiferentes a eso? ¿Comprendemos que somos embajadores del cielo y que el Señor cuenta con nuestro trabajo para que muchos sean liberados del mundo?

El discípulo debe estar dispuesto a hacer lo que le enseñe su Maestro. El siervo debe obedecer a su Señor. ¿Ha sido así en nuestra relación con el Señor Jesús? ¿Hemos sido una bendición como nuestro Dios espera que seamos?

El gozo del hijo de Dios no se trata solo de experimentar días de felicidad, sino también de darse cuenta de que sus amigos tienen la misma experiencia.

Cuanto más brilla nuestra luz espiritual, más brillante es el lugar donde nos encontramos. Cuanto más amor mostramos, más amor hay a nuestro alrededor. Cuanto más testifiquemos de nuestra vida con Cristo, menos amigos caminarán perdidos y sin Dios.

Que el mundo se contagie de la presencia de Dios en nuestros corazones.

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