“Es más importante saber adónde se dirige que ver qué tan rápido puede llegar”.

¿Sabemos adónde vamos? ¿Sabemos si el camino es correcto? ¿Sabemos si es la mejor forma de llegar? A menudo nos preocupa si llegaremos tarde, si hay otra forma más rápida de lograr nuestros propósitos, si el retraso nos impedirá llegar …

Cuando caminamos de mano con el Señor, ¡estamos seguros de que llegaremos al lugar correcto! ¡Sabemos que nos llevará el momento adecuado para llegar allí! Sabemos, con mucha anticipación, que será un lugar maravilloso, con grandes bendiciones para nuestras vidas.

Sabemos a dónde vamos porque dejamos que el Señor nos guíe. Solo Él conoce el camino… solo Él es el Camino… solo en Él podemos descansar y disfrutar, incluso antes de llegar allí, de la verdadera felicidad que Dios ha preparado para sus amados hijos.

Deje que Cristo le muestre el camino de su bendición y, en el momento adecuado, lo alcanzará.

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