LECCION: EL PODER DE LA LENGUA

 

 

EL PODER DE LA LENGUA

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CONOZCA MÁS: Números 12:1-15

OBJETIVO: Enseñar sobre el poder de la lengua. El daño o el bien que con ella se puede hacer. ELEMENTOS QUE SE NECESITAN: Una anciana disfrazada a la usanza bíblica. ACTIVIDAD DINÁMICA: Una hermana anciana entra desde atrás o desde la plata- forma, de tal modo que los niños tengan tiempo de verla. Viene disfrazada a la usanza de Israel antiguo. Viene con un cayado o un palo largo. Cuando llega adelante se sienta frente a los niños.

RECOMENDACIÓN: Que la misma persona anciana disfrazada cuente la historia.

 

HISTORIA:

Queridos niños, ¿cuántos de ustedes tienen un hermano menor?

Yo tuve dos hermanos más pequeños. Sufrí mucho cuando era niña. Parecía que todo le iba mejor a mi hermano más pequeñito, su nombre era Moisés, porque fue salvado de las aguas por la hija del faraón. Era más mimado que yo. Sí, porque sólo estaría con nosotros hasta los doce años. Lo que más me dolía es que parecía ser el preferido de mamá. Esto dejaba mi corazón muy triste.

Cuando crecimos Dios le dio una responsabilidad y también parecía que Dios tenía una preferencia especial por él.

Se hizo cargo de todo un pueblo. Él guiaba a mucha gente. Bastaba que diera una orden y todos obedecían. Sin embargo, a mí, nadie me hacía caso. Parecía que yo no existía. ¡Yo, que lo cuidé y lo ayudé cuando era niño! Pues parecía que esto no tenía ningún valor.

Un día, no soporté más. Comencé a utilizar esto. (Señale su lengua).

¿Para qué sirve la lengua? Bueno, para apreciar las comidas y también para hablar.

Yo comencé a hablar en contra de mi hermano. Mi otro hermano, Aarón comenzó a hablar también, un poco influenciado por mí. Todo el pueblo de Israel comenzó a escucharnos. Nosotros decíamos que era injusto que Moisés tomara todas las decisiones. Comenzamos a reírnos de él, porque mi hermano era tartamudo y no hablaba tan bien. La gente se reía con nuestras ocurrencias. Y saben lo que pasó, comencé a sentirme bien.

Cada vez hablaba más de mi hermano y de un modo más feo. Pero un día…un triste día, Dios quiso darme una lección.

Un día desperté y tenía todo el cuerpo cubierto con manchas. Me asusté mucho. Sabía lo que significaba. Dios le habló a mi hermano y le dijo que yo estaba leprosa. Que me dejara y que siguiera la marcha. Pero saben, mi hermano, aunque sabía lo que yo hacía y seguramente se habría sentido muy triste más de una vez, oró a Dios para que me sanara. Y todo el tiempo en que estuve enferma, más de siete días, el pueblo no siguió avanzando en el viaje por el desierto. Y en todo ese tiempo mi hermano Moisés se preocupó de que no me faltara nada. Ahí me di cuenta cuán equivocada estaba. La lengua puede hacer mucho bien, pero también puede hacer mucho mal.

 

LLAMADO: Saben niños, el control de la lengua depende de ustedes. Confío en que la usen bien, que no sigan mi ejemplo. Cuando vayan a hablar acuérdense de mi nombre: María, y entiendan que hay que hablar con sabiduría, no dañando jamás nadie.

 

ORACIÓN: Realice una oración con los niños para que Dios les de sabiduría para controlar sus lenguas y ser siempre una bendición para otros.

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