GRAN CANTATA DE LA RESURRECCIÓN

GRAN CANTATA DE LA RESURRECCIÓN
(Gióia Junior)
Cielo de mirar parado,
cielo de mirar pisado,
Êle duerme — el sepulcro es una senda apagada —
laberinto de tiniebla, alejamiento y nada.
Êle duerme…
de su profundo sueño una flor de cristal
hay de pender en la inmensa noche,
hay de caerse del fondo océano,
hay de brillar,
hay de cantar,
hay de sonreír,
hay de relumbrar del ocaso sepulcral.

Hay tiniebla…
y las tiniebla son niñas
desamparadas . .,
las tiniebla ruedan como torrentes,
de los vanos, de las furnas, de las tempestades.
de las faces desnudas de los sonidos ausentes,
de las impiedades.

Va a los pocos el día apareciendo y la mancha
de la noche, que era densa, ahora se desarregla:
corren las nubes,
el cielo es claro,
cantico verde,
voz inmatura
asciende del seno de la tierra vasta.
ya no si arrastra,
baja, deslisa,
vuela en la brisa
como un regato por entre las guijas…
Del firmamento bajan los ángeles,
ángeles alados — blancas figuras,
rostros felices,
transfigurados,
rostros etéreos,
sin los misterios,
sin las raíces
y cicatrices
de mil pecados …
Bajan los ángeles,
bajan y tañen celestes arpas
no las humanas arpas de cuerdas
desfiguradas, vibrando en el aire,
pero, cuerdas de oro,
cuerdas de rayos
de la luz difusa,
crepuscular . . .
Bajan los ángeles
cantando hosanas,
vuelven las tinieblas
para los orígenes
del fondo mar …

ángeles unidos cantan en coro
y hay mil tesoros
de luz y aroma
en las profundidades
dêsse cantar…

La piedra es revuelta del sepulcro,
la piedra negra es revuelta,
es revuelta la piedra tumular…
y el pulmón de la caverna
haurindo la brisa suave,
sorbe el aroma de las rosas enamoradas
que aman y anegan dêsse amor sin têrmo
los torrentes del aire…

Como un punhal
la luz penetra la roca
y baña las troneras múltiplas,
acaricia el techo y la profundidad
en una caricia casi musical…

Eilo que surge ahora
de las cadenas liberto
y liberto de la tiniebla
y liberto del sueño
y liberto del polvo …
Eilo, de pie, sôbre la campiña inmensa,
inmóvil, transmudado, calmo y solo.

Cantéis, montañas
y flôres de oro !
cantéis en un côro
jamás oído !
Ángeles y piedras,
cantéis ahora,
lloréis, también !
Cantéis ciudad
de la eternidad,
siempre recordada
Jerusalén . . .

Cantéis que el Salvador venció la muerte,
resucitó ahora, eilo, bañado en luz,
ya no hay más la angustia del transporte
y la vergüenza de la cruz …
Miréis el rostro de Jesus !
miréis las vestís de Jesus !
miréis la gloria de Jesus !

No Lo toquéis !
sus vestís claras sobrepujan
las riquísimas túnicas de los reyes,
los soberanos mantos sin costura…
No Lo toquéis !
su capa majestuosa y pura
es tejida de rayos de luar …

He en la caverna oscura las manchadas sábanas
que cubrieron su cuerpo machucado,
su vestido fue urdido y fue bordado
con las luces filtradas de mil soles…
Resucitó !
Eilo que marcha en un corcel de nubes
y las voces lejanas de los salvos en la gloria.
y las voces de la noche, de las luces, del cielo,
proclaman la nueva en un cantico excelso !

Venció las cadenas del sueño de la muerte,
venció las procelas del tiempo y del espacio,
venció, cual semilla que rompe recia
cortando los liames de la negra tela,
surgiendo bañada de vida y de aliento,
bebiendo las delicias de los rayos del sol…
Venció la pasado, venció el porvenir,
venció la maldad, venció la alevosía,
las vestís de la muerte reposan en el suelo…

Cantéis ahora, voces perdidas,
cantéis poemas al Rey de la Gloria,
por la Esperanza, por Vitória,
por la Certeza que nos legó…
De otra hazaña que tanto valga
no hay vestigio, no hay memoria.
Eilo vestido de nubes blancas,
de astros y luces, sonidos de victoria…
El Rey de la Gloria Resucitó !
cantéis hosanas al Rey de la Gloria !
¡El REY DE LA GLORIA RESUCITÓ!

(traducido_

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