DISCRECIÓN SIN LÍMITES

 

 

DISCRECIÓN SIN LÍMITES

 

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LECTURA BÍBLICA:

“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño” (1 Cor. 13:11).

 

INTRODUCCIÓN:

Nuestra lectura bíblica que se ha leído al principio se encuentra en 1 Cor. 13:11 y me gustaría que la leyésemos de nuevo: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, jugaba como niño; mas cuando fui hombre, dejé lo que era de niño”. El apóstol Pablo dijo: “Cuando yo era niño, hablaba como niño…” ¿a qué quiso referirse el apóstol? Bueno, quizá la pregunta más importante no sea ésta, sino: ¿de qué hablan las personas?

 

Por supuesto, no todas las personas se expresan con facilidad, algunas son bastantes reservadas, otras tímidas, pero por lo general, hablamos más de la cuenta. ¿De qué tanto hablamos los adultos y los niños? Sin duda de las vivencias en el hogar, en la escuela, en el terreno de juego y de las experiencias personales positivas y negativas.

Pero, ¡cuidado! Muchas veces hablamos más de la cuenta y esto puede ocasionar muchos problemas, no solamente a nosotros, sino a otras personas incluyendo a la familia, por eso es importante que toda persona, grande o pequeña aprenda a comunicarse y conducirse delante de los demás con discreción.

 

PRIMERA PARTE:

Pero, DISCRECIÓN: ¿Significa platicar todo? Es interesante la definición que da el diccionario de la palabra DISCRECIÓN: “Don de expresarse con agudeza y oportunidad”. El sabio Salomón lo definió así: “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene” ( Prov. 25:11).

 

Al recordar el apóstol Pablo su niñez dijo: “Hablaba como niño”. Imaginémonos a ese Pablito hablando con agudeza y oportunidad; hablando la palabra como conviene. Claro, es de suponer, pues fue educado a los pies de Gamaliel, uno de los más venerables educadores de la secta de los fariseos. Desde pequeño Pablito aprendió que la discreción no está limitada por edad, preferencias, situaciones u oportunidades. Aprendió que la persona discreta. sabe actuar bajo cualquier circunstancia. Sabe cuándo hablar y cuándo callar, cuándo actuar y cuándo quedarse quieto. Un niño o una persona discreta no es aquella que lo cuenta todo y al final da la siguiente recomendación: “Pero no se lo cuentes a nadie”. Pero el don de la discreción no se consigue en ningún supermercado, no está en ningún centro de diversión, tampoco en los programas de televisión. La discreción se aprende en casa, primero por nuestros padres, y se consigue abriendo la palabra de Dios, la fuente de todo don.

El Maestro Gamaliel le enseñó a Pablito el valor de la discreción mediante la vida del jovencito José, este José supo actuar y hablar con prudencia bajo las diversas circunstancias por las cuales atravesó; Daniel, otro ejemplo de discreción frente a

las amenazas de su vida y de su fe en Dios. Estos y otros más son dignos de ser imitados (Hebreos 11).

 

SEGUNDA PARTE:

La discreción otorga valores que enriquecen la personalidad, entre otros:

a). La confianza, esta virtud está desapareciendo cada día, es más fácil desconfiar de todos que confiar en alguien. Sin embargo, quiero pensar que todavía existen personas confiables, incluso jovencitos que han puesto en práctica el consejo de Pablo a Timoteo “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”, 1 Tim. 4:12. Si sus amiguitos pueden confiar en ustedes podrán mantenerse.

 

b). Amistades permanentes; la indiscreción aleja a los buenos amigos. ¿Quedarte solo (a) porque nadie puede confiar en ti? Ha de ser fatal, porque nadie puede vivir solo en este mundo, todos necesitamos de un amigo, pero un amigo de confianza, que no nos vaya a defraudar. Hermanos, si tenemos esa clase de amigo, no lo pierdan pues vale mucho y merece respeto. El respeto se gana, no llega sin mérito alguno, hablemos—ven Timoteo. Pablo le dijo: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta…”, (1 Tim. 4:12). Es un engaño pensar que sólo los adultos merecen respeto. Si un niño, menor o joven sabe .en las palabras conducirse correctamente Pero el mejor ejemplo de discreción de que nos hablan las Escrituras es Jesús. Generalmente hablaras y predicamos de Jesús desde el inicio de su ministerio hasta su muerte y resurrección, sólo una vez al año recordamos su nacimiento. La Biblia sólo mención del niño Jesús en cuatro ocasiones: Jesús fue un niño normal, pero diferente a todos los demás niños, la Escritura dice que “crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Luc. 2:52). Crecer en gracia para con Dios fue fácil para Jesús, pero, crecer en gracia para con los hombres sin duda que nunca ha sido fácil.

 

Los hombres son exigentes, especialmente para con los niños porque son débiles. Hay hombres que rechazan a los niños, que no soportan ver a los pequeños correr y gritar, pero Jesús halló gracia delante de estos hombres. ¿Dónde aprendió Jesús a conducirse correctamente delante de los hombres? Sin duda alguna que fue en el hogar.

Los padres de Jesús eran muy temerosos de Dios y compartieron con ese pequeño la instrucción y amonestación del Señor. Desde temprana edad fueron colocando en Jesús los buenos principios y valores eternos. Por eso el niño Jesús cuando salía a la calle y se encontraba con los hombres sabía conducirse y hablar con discreción, nunca inventó una mentira para salir de apuros, no renegó de su pobreza, no platicó nada del mal trato que recibía de sus propios hermanos; fue por excelencia un niño discreto. Habló mucho delante de los doctores de la ley, pero no tuvo nada de qué avergonzarse (Luc. 2:46, 47). Todo lo aprendió de las Escrituras y de sus padres (Luc. 2:19, 15).

Jesús durante toda su vida de niño, joven o adulto, manifestó su sabiduría al hablar solamente lo que correspondía y como debía de conducirse. En todo momento manifestó esa discreción que nosotros necesitamos.

 

CONCLUSIÓN:

Queridos hermanos, quiero decirles que la discreción es el resultado de la sabiduría Divina y está a nuestra disposición. A través de la Biblia encontramos a un Jesús cuyas palabras y actos fueron llenos de profundo significado. Les invito a que lo reciban en su corazón diariamente hallarán de esta manera gracia delante de Dios y de los hombres, serán felices siendo un reflejo de su carácter.

 

 

 

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